El Plan de Iguala, emitido el 24 de febrero de 1820 por Agustín
de Iturbide, fue apoyado también por Vicente Guerrero, el principal
caudillo del sur durante la Guerra de Independencia.
Fue un acto de acuerdo político, intensamente complejo en sus
consecuencias, aunque simple en su fraseo, que unió a conservadores
y liberales, rebeldes y realistas, criollos y españoles. Constaba
de 23 artículos y tenía algo para todos: el artículo
1, por ejemplo, declaraba que la religión del país sería
la católica apostólica romana, sin tolerancia de otros
credos. El artículo 2 llamaba a la independencia del país
y el 3 defendía una monarquía regulada por una constitución.
Los puntos principales del Plan fueron llamados "las Tres garantías" que
eran "religión, independencia y unión". Un
nuevo ejército, denominado Ejército Trigarante, sería
el encargado de llevar a cabo este plan.
La fuerza fundamental del Plan de Iguala fue lo que hizo posible el
consenso. El primer paso necesario para la independencia, eludido por
diferentes rebeldes mexicanos desde 1810 era la separación política
de España. El Plan de Iguala se ocupó de esta separación
como un hecho consumado.