El documento histórico, conocido como Plan de Guadalupe, estableció en
sus considerandos que el general Huerta, a quien el presidente Madero
confió la defensa de las instituciones y la legalidad del gobierno,
al unirse al grupo de militares rebeldes en armas desde el 9 de febrero
del propio año, había cometido el delito de traición
en su afán por acceder al poder, acto logrado con la aprehensión
del presidente y del vicepresidente de la República, y la exigencia
violenta de la renuncia a sus cargos
En segundo lugar, se estableció que tanto el Poder Legislativo
como el Judicial habían reconocido en contra de las leyes y
preceptos constitucionales al general Huerta y sus procedimientos ilegales
y antipatrióticos, y que algunos gobiernos estatales habían
reconocido la traición perpetrada contra las instituciones de
la República, violando la soberanía de los propios estados.
1º.- Se desconoce al general Victoriano Huerta como Presidente
de la República.
2º.- Se desconoce también a los Poderes Legislativo y
Judicial de la Federación.
3º.- Se desconoce a los Gobiernos de los Estados que aún
reconozcan a los Poderes Federales que forman la actual Administración,
treinta días después de la publicación de este
Plan.
4º.- Para la organización del ejército encargado
de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos como Primer
Jefe del Ejército que se denominará "Constitucionalista",
al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador del Estado de Coahuila.
5º.- Al ocupar el Ejército Constitucionalista la Ciudad
de México, se encargará interinamente del Poder Ejecutivo
al ciudadano Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército,
o quien lo hubiere sustituido en el mando.
6º.- El Presidente Interino de la República convocará a
elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregando
el Poder al ciudadano que hubiere sido electo.
7º.- El ciudadano que funja como Primer Jefe del Ejército
Constitucionalista en los Estados cuyos Gobiernos hubieren reconocido
al de Huerta, asumirá el cargo de Gobernador Provisional y convocará a
elecciones locales, después de que hayan tomado posesión
de su cargo los ciudadanos que hubieren sido electos para desempeñar
los altos Poderes de la Federación, como lo previene la base
anterior.
El documento fue la respuesta inmediata de las fuerzas constitucionalistas
al golpe militar en contra del régimen de Madero el cual, desde
sus inicios enfrentó sublevaciones de grupos civiles y militares
descontentos de su forma de gobernar, que buscaban la restauración
del régimen porfirista. Las más importantes fueron las
revueltas encabezadas por los generales Bernardo Reyes, en noviembre
de 1911 y Félix Díaz en octubre de 1912. Una vez dado
a conocer el Plan de Guadalupe, entre los principales signatarios de
este documento se encontraron Jacinto B. Treviño, Lucio Blanco,
Cesáreo Castro y Alfredo Breceda.
El Ejército Constitucionalista, encabezado por Venustiano Carranza,
y con el Plan de Guadalupe como bandera, logró derrotar al Ejército
Federal en agosto de 1914, iniciando así otra etapa de la historia
de México que culminó en febrero de 1917 con la promulgación
de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos,
texto que incorporó las principales demandas de los grupos revolucionarios.
El Plan de Guadalupe del 26 de marzo de 1913, diría Venustiano
Carranza en 1917, fue "el grito de guerra que lo más selecto
de la juventud mexicana lanzó a los cuatro vientos del país
contra la iniquidad triunfante, y ese grito no era más que la
expresión vibrante y sonora de la conciencia nacional, expresión
que reasumía el propósito firme, la voluntad deliberada
del pueblo mexicano de no consentir más que el pretorianismo
volviese a apoderarse de los destinos de la Nación (...) En
tal virtud, con el Plan de Guadalupe quedó perfectamente planteada
la cuestión de la legalidad contra la usurpación del
derecho contra la asonada de las instituciones libres contra la dictadura
militar".