Nació el 13
de abril de 1762 en Tecpan (del hoy Estado de Guerrero), siendo hijo
de un marino inglés que se radicó en la región
y fundó una acomodada familia de agricultores. Por mucho tiempo
administró la hacienda de El Zanjón, propiedad de un
primo hermano suyo, a instancias del cual ingresó, junto con
sus hermanos Juan Pablo y José, al ejército insurgente
que comandaba el generalísimo don José María Morelos
y Pavón, a fines de 1810. Muchos de sus trabajadores y amigos
lo siguieron en la aventura, ya que su familia gozaba de grandes simpatías
y respeto en la región, por lo que pudo formar un cuerpo de
ejército bastante respetable.
Desde entonces, la historia recoge la narración de sus frecuentes
hechos de armas, en los que demostró siempre valor y sagacidad,
como el del cerro de El Veladero, del 4 de enero de 1811, en que Morelos
derrotó a los realistas, gracias a la inteligente y valerosa
intervención de los hermanos Galeana, que quitaron al enemigo
800 prisioneros, 700 fusiles y siete cañones, así como
gran cantidad de parque y víveres, con lo cual reforzaron notoriamente
su ejército. Cinco meses después, Galeana volvió a
obtener otra sonada victoria en Tixtla, y a poco arrebató a
los españoles que lo atacaron, 400 prisioneros, 400 fusiles
y cuatro cañones.
En 1812, don Hermenegildo Galeana participó destacadamente
en el sitio de Cuautla, haciendo prodigios de valor y llegando a salvar
la vida de Morelos, a quien protegió la huida, a costa de la
vida de sus lugartenientes. En ese sitio tocó a Galeana defender
el principal lugar por el que trataba de colarse al interior el enemigo,
teniendo por ello que luchar con constancia, sin reposo casi, durante
los 72 días que duró el mismo. Sólo en una ocasión,
en que sus tropas flaquearon, se recobró milagrosamente gracias
a la intervención fortuita del niño artillero, Narciso
Mendoza, quien al ver abandonado un cañón cargado, le
acercó la mecha encendida, en los precisos momentos en que los
realistas entraban a la plaza, creyendo abandonada esa fortificación,
siendo recibidos con la metralla que sobre ellos disparó.
En el sangriento combate de Citlala, posterior al sitio de Cuautla,
don Hermenegildo Galeana, llamado cariñosamente por sus soldados "Tata
Gildo", en vista de su cariñosa índole paternal,
contuvo a los españoles que perseguían a Morelos, y en
el histórico sitio de la ciudad de la ciudad de Huajuapan, el
13 de julio del mismo 1812, hizo 40 prisioneros españoles, a
los que agregó 30 cañones, mil fusiles y parque en abundancia,
recogidos a los derrotados. En 1813, en el sitio de Acapulco, sorprendió al
enemigo en la isla de La Roqueta, decidiendo con esa acción
la toma del puerto.
Se dice que este aguerrido caudillo insurgente, pleno de vitalidad
y amor por la vida, fue casado seis veces, teniendo numerosos hijos
de varios de sus matrimonios. Murió el 26 de junio de 1814,
en una emboscada que le tendieron los realistas mandados por Calleja,
en El Salitral. Cuando iba con una reducida escolta atravezando un
bosque, para ir a reunirse con su tropa, después de cumplida
una comisión de Morelos, fue muerto por un soldado llamado Joaquín
León, que con su destacamento estaba escondido en su camino.
A su cuerpo le fue cercenada la cabeza, la cual fijaron los realistas
en la punta de una lanza, llevándola a Coyuca. El comandante
realista Avilés mandó fijar la cabeza de Galeana en una
ceiba, en la plaza misma del pueblo; pero viendo que era causa de befa
y mofa de algunas gentes, la mandó retirar y enterrar en la
iglesia. En cuanto al cuerpo abandonado de don Hermenegildo, se recogió del
lugar por dos de sus soldados, los que lo enterraron secretamente,
para evitar mayores injurias, por lo que se ignora en que sitio quedó.
Al consumarse la independencia, el 19 de julio de 1823, el Congreso
de la Unión lo declaró Benemérito de la Patria.