Cortés,
quien regresaba vencedor, se enteró de los hechos y penetró en
la ciudad donde los combates se prolongaron varios días. Al
ver el peligro en que estaban las tropas españolas, Cortés
hizo que su prisionero Moctezuma hablara al pueblo desde la azotea
del palacio, para apaciguarlo. Pero el pueblo estaba muy enojado y
le arrojaron a su monarca flechas y piedras. Según se cuenta,
Moctezuma murió a causa de esas pedradas, aunque también
se piensa que fue asesinado por los españoles. Los aztecas eligieron
como nuevo emperador a Cuitláhuac, señor de Iztapalapa
y hermano de Moctezuma, el 16 de septiembre de 1520.
Una de sus primeras acciones fue encabezar a los aztecas en la batalla
llamada de la Noche Triste, que obligó a los españoles
a refugiarse en Tlaxcala. Pero la ciudad sufrió una terrible
epidemia de viruela negra, enfermedad portada por los conquistadores.
Una de las víctimas fue el mismo Cuitláhuac, que murió el
3 de diciembre de 1520. En el mes de Izcalli del año 3 Casa
(febrero de 1521), subió al trono el joven Cuauhtémoc.
Sus problemas más inmediatos eran reconstruir la ciudad y cuidar
de la recuperación de sus súbditos tras la terrible epidemia
pero, sobre todo, ordenó preparar la defensa de la cuidad. Mientras
tanto, Cortés reorganizaba su ejército y conseguía
nuevos aliados entre los señoríos que deseaban librarse
del dominio azteca.
Cortés preparó con gran cuidado el ataque a la ciudad;
mandó construir bergantines para navegar por el lago. El 28
de abril de 1521, los españoles llegaron al lago de Texcoco
con 86 jinetes, 119 mosqueteros, 700 soldados de espada, 15 cañones
y 75,000 guerreros de Tlaxcala, Cholula, Huexotzingo y Chalco. Al inicio
del sitio, los españoles ganaban poco a poco los puentes durante
el día; pero los guerreros de Cuauhtémoc los recuperaban
por la noche. Pero finalmente lograron llegar hasta la ciudad. Cuauhtémoc
cambió de estrategia; los aztecas dejaban entrar a los españoles
hasta las calles de la ciudad, y luego los atacaban desde las azoteas.
Cortés decidió que conforme se tomara la ciudad, fueran
derrumbadas las casas, iniciándose así la destrucción
de la gran Tenochtitlan. Al no poder vencer a los aguerridos mexicas,
Cortés decidió usar una nueva estrategia: derrotar a
los aztecas por hambre. Los bergantines se dedicaron a interceptar
las canoas que llevaban comida a Tenochtitlan. Con una gran parte de
la ciudad capturada y destruida, y padeciendo hambre y enfermedades,
Cortés ofreció hacer la paz a Cuauhtémoc. Cuauhtémoc
convocó al Consejo de señores, pero los sacerdotes se
negaron a rendirse y siguieron con la guerra.
Tres meses después la situación era desesperada; los
aztecas morían de hambre y ya no tenían fuerzas para
pelear. Cortés tomó el control total de la ciudad el
13 de agosto de 1521. Cuauhtémoc trató de huir con su
gente en canoas, pero fue capturado y hecho prisionero. Los españoles
buscaban oro y el tesorero español ordenó que le dieran
tormento a Cuauhtémoc para que confesara dónde estaba
el oro. Le pusieron aceite hirviendo en los pies y manos a él
y al señor de Tacuba, quien se quejaba y pedía a Cuauhtémoc
que confesara, a lo que éste respondió: - ¿Estoy
yo acaso en algún baño o deleite? Más de dos años
estuvo preso Cuauhtémoc y el 26 de febrero de 1525, cuando estaban
en un lugar de Tabasco llamado Huey Mollan, Cuauhtémoc fue acusado
de tramar una sublevación contra Cortés, por lo que éste
lo mandó ahorcar. Así terminó la vida del último
de los emperadores aztecas, gran guerrero y defensor de su patria.